En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, decenas de poblanas y poblanos con discapacidad tomaron las calles del Centro Histórico para visibilizar las barreras que enfrentan a diario y exigir a las autoridades políticas públicas que garanticen una vida digna, segura y accesible.
El contingente avanzó desde el Gallito en Paseo Bravo hasta el zócalo, conformado por personas con discapacidad motriz, visual, auditiva, intelectual y psicosocial, acompañadas de familiares, amistades, colectivos y hasta luchadores poblanos que se sumaron a la causa. A lo largo del recorrido, las y los asistentes lanzaron consignas para denunciar la discriminación que persiste en el estado.
De acuerdo con el INEGI, 1 de cada 3 personas con discapacidad ha sufrido discriminación en México, mientras que en Puebla viven más de un millón de personas con alguna discapacidad —alrededor del 15% de la población—, lo que los colectivos consideran una prueba de que la exclusión sigue siendo sistemática.
En entrevistas durante la movilización, participantes señalaron que las principales problemáticas se encuentran en las calles, los centros de trabajo y las escuelas, donde aún no existen condiciones básicas de accesibilidad ni personal capacitado para brindar atención adecuada.
También denunciaron que el Estado no ha actuado frente a casos de discriminación en planteles educativos y que la falta de cumplimiento de la Ley General de Inclusión —vigente desde 2011— perpetúa el capacitismo.
La marcha contó con interpretación en Lengua de Señas Mexicana, lo que permitió que más personas pudieran participar y compartir sus demandas.
Entre las exigencias del movimiento se encuentran:
Calles accesibles y seguras.
Espacios dignos en parques, centros culturales y deportivos administrados por el municipio.
Empleos formales y libres de discriminación.
Sanciones a funcionarios que vulneren los derechos de personas con discapacidad.
Respeto y vigilancia de los lugares designados para este sector de la población.
La movilización concluyó en el zócalo con un micrófono abierto, donde las y los asistentes compartieron testimonios sobre discriminación, obstáculos cotidianos y la urgencia de construir una ciudad que verdaderamente incluya a todas las personas.
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