Por Jesús Zavala
En la ciudad de Puebla la lluvias y frío generan factores de riesgo para aquellos que no cuentan con la dicha de tener un hogar, la mayoría de ellos, buscan un sitio donde pasar la noche, cobijas y trapos con qué cubrirse o de lo contrario, papel y cartón; sin embargo, el uso de drogas y alcohol, también son un recurso del que echan mano los indigentes para aminorar los estragos de la vida.
Durante un recorrido realizado por Guardia Nocturna y como parte de los traslados diarios en la ciudad, hemos documentado en diferentes momentos, los grupos que ya son divididos en dos por los propios comerciantes o habitantes del corazón de la ciudad.
El primero de ellos es el grupo de las personas en situación de calle, aquellos que los poblanos ya identifican como ciudadanos sin hogar, en pobreza extrema, algunos de la tercera edad o con algún padecimiento que les genera nula posibilidad de emplearse o buscar ayuda.
Sin embargo, los capitalinos también identifican plenamente a aquellos que malamente han apodado “el escuadrón de la muerte“, segmentos de indigentes con algún tipo de adicción a las drogas o el alcohol que aparentemente todos esperan que perezcan en algún momento de la rutina, como causa del abuso en el consumo de sustancias.
No obstante, el problema va más allá de una conducta autodestructiva, pues muchas de esas personas, prefieren hacer uso de sustancias para aminorar el frío, el hambre o incluso la tristeza, debido a que sus historias de vida y las pocas posibilidades a tener acceso a una realidad diferente, dicen haberlos orillado a ser parte de este grupo que solo vive un día a la vez, sin muchas esperanzas de un mañana mejor.