La variación de las temperaturas ya cambió el calendario de producción del maíz y el frijol, y está ocasionando un bajo rendimiento de los cultivos en Puebla.
El cambio climático ya alteró el calendario de producción de maíz y el frijol, pero sus efectos podrían ser aún más amenazantes para la agricultura en Puebla.
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De acuerdo con Luis Alberto Villarreal, quien funge como director del campus Puebla del Colegio de Posgraduados, este fenómeno tiene la capacidad para afectar de manera irreversible a los recursos naturales y la siembra del maíz y el frijol.
El experto afirmó que quienes se dedican a la actividad agrícola cuentan con un calendario estimado que les ayuda a prepararse para la llegada de la sequía o las heladas, así como para calcular los tiempos correctos para la siembra.
Sin embargo, el comportamiento cambiante e imprevisible de las temperaturas está causando un rendimiento más pobre de los cultivos, la pérdida de producto sembrado y problemas de plagas.
En el caso de los sembradíos frutales, incluyendo los de manzanas al norte de la entidad, estos se han visto afectado por el granizo y se conoce que se ha visto afectado su color intenso e incluso, su sabor.
En consideración de dicho experto, los bajos rendimientos de los sembradíos de maíz, frijol, manzana, entre otros productos, podrían generar graves pérdidas económicas para el sector agrícola en la entidad.
Según cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el sector agrícola emplea al 19.8 por ciento de la población de Puebla y genera cerca de ocho millones de toneladas en volumen de producción al año, posicionando al estado en el doceavo lugar a nivel nacional.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “el cambio climático tiene tanto efectos directos como indirectos en la productividad agrícola, entre ellos cambios en los regímenes pluviométricos, sequías, inundaciones y la redistribución geográfica de plagas y enfermedades”.
Así mismo, el organismo declara que el cambio climático generado por los efectos de la actividad humana amenaza la posibilidad de alcanzar “la seguridad alimentaria mundial, erradicar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible”.
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