Noticias¡Ropa interior para todos! Poblanos desafían la gordofobia y expectativas sociales
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¡Ropa interior para todos! Poblanos desafían la gordofobia y expectativas sociales

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La comunidad sexodiversa en Puebla y el mundo está conformada por personas de todos los índoles, oficios y orígenes, con vidas propias y necesidades particulares.

Sin embargo, una problemática latente al interior de este conjunto social es la generada por dos fenómenos que van de la mano: la gordofobia y las expectativas sociales en cuanto al aspecto físico.

De acuerdo con un estudio realizado en 2022 por académicos del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Padova, Italia, “se confirma la vulnerabilidad de los hombres homosexuales y las mujeres bisexuales al sesgo cognitivo sobre sus propios cuerpos, lo que muestra una vulnerabilidad potencial respecto de las preocupaciones sobre el cuerpo y el peso”.

Esto tiene implicaciones para su salud mental y relaciones con otros integrantes de la comunidad LGBT o sexodiversa, condicionando incluso vínculos sexoafectivos.

El origen de estos prejuicios o expectativas es complejo, pero algunos autores lo atribuyen a la importancia de la pornografía y a fenómenos como el clasismo, racismo y otros que acechan a la comunidad.

Desafiando expectativas

Ante esto, un grupo de poblanos dirigidos por Alejandro Hernández Méndez iniciaron en noviembre de 2022 un emprendimiento al que bautizaron como “Cherryboy”, en el cual producen ropa interior dirigida al segmento masculino.

Esta ropa interior es producida en un pequeño local del Centro Histórico de Puebla con telas y máquinas de costura de forma artesanal, para así ofrecerla a su clientela sexodiversa en distintos rangos de precios.

El personal de Cherryboy también recibe pedidos específicos de sus compradores y atiende sus necesidades, produciendo prendas hechas a la medida y con el nivel de detalle que sea solicitado.

De acuerdo con su fundador, Hernández Méndez, su principal fuente de ingresos tradicionalmente han sido las ventas en línea, debido a que su negocio obtuvo cierta notoriedad tras la viralización de su contenido en redes sociales, particularmente en Instagram y TikTok.

“Actualmente ya estamos en un punto de equilibrio, y recibimos una buena cantidad clientes en nuestra tienda física” comentó, recalcando la satisfacción que esto le produce.

Al preguntársele sobre su clientela, el emprendedor poblano puntualizó que sus productos están dirigidos a integrantes del sexo masculino pertenecientes a la comunidad LGBTQ+.

Entre estos, destacan quienes realizan espectáculos en clubes nocturnos de la capital poblana, o bien shows de “dragas”, estos últimos protagonizados por hombres que se apersonan como mujeres.

Algunos de estos compradores han incluso participado como modelos para su marca, y sus fotografías tienen un rol prominente en las paredes del lugar.

En este sentido, el empresario comenta que este es un sector comercial con muy poca oferta en Puebla, ello en comparación con otras regiones del país como la Ciudad de México y Jalisco, por lo cual vieron una oportunidad de negocio.

El producto

Según comenta Hernández Méndez, su enfoque es ofrecer productos innovadores, llamativos y vistosos, sin dejar por ello de ser ropa cómoda y adaptada a las necesidades de cada hombre.

En este sentido, comenta que su ropa interior está diseñada para permitir mayor adaptabilidad, comodidad y flexibilidad en el área de los genitales, a diferencia de los calzones comunes, así como para quienes buscan lucir “un trasero más grande”.

Para ello, comenta, le dan la confianza al cliente de medirse la mercancía por encima de la ropa en su tienda física, ello por medidas sanitarias.

Según el creador, lo más importante es que “tú te sientas sexy, cómodo y que tu sensualidad sea lo primero”, desafiando a la gordofobia y las expectativas sociales palpables en la comunidad gay.

La fabricación

Para conocer más sobre la fabricación de estas prendas, el equipo de Tráfico Puebla se adentró en el taller de Cherryboy y pudo observar la fabricación de calzones para los clientes de su tienda física.

Para ello, se requieren de tres máquinas de coser, de las cuales dos son empleadas para coser la tela y darle la forma y detalles deseados, mientras que la otra es empleada para bordar el sujetador de la cintura, que a su vez le otorga la flexibilidad a la prenda.

El proceso dura aproximadamente veinte minutos si es realizado por dos personas, tras lo cual el producto es empaquetado por el personal y queda listo para que el cliente pueda llevárselo.

Los precios de los productos oscilan de los 150 pesos en adelante.


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